miércoles, 9 de agosto de 2017

LIBRO DE ORACIONES DE LA MUJER CATÓLICA

Poco tiempo atrás, tuve ocasión de escribir en este blog sobre la autora Donna-Marie Cooper O'Boyle, a propósito de su libro "Our Lady's Message to Three Shepherd Children and the World", en el que realizaba un repaso de la historia de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, dirigido a los lectores infantiles.
 
Hoy traigo de nuevo a Donna Marie Cooper a mi blog a propósito de otro de sus libros, recientemente publicado, en el que ofrece oraciones dirigidas exclusivamente a las mujeres en nuestros diversos estados. Su título es "A Catholic Woman's Book of Prayers" ("Libro de oraciones de la mujer católica").
 
Foto: María Luz
 
Donna-Marie Cooper O'Boyle
 
La autora siempre sabe transmitir con gran sencillez sus buenos consejos espirituales, dejando claro que las mujeres enfrentan grandes retos en este mundo de hoy que, de una forma u otra, trata de confundirnos y de conducirnos por caminos tortuosos y casi siempre equivocados.
 
Este libro que hoy me ocupa reafirma en cada página las cualidades que Dios nos ha concedido, la dignidad de la mujer y la bendición que supone serlo, constituyendo un hermoso apoyo a nuestro espíritu, y dejando claro que ser mujer es un regalo y una bendición. Y ese regalo con el que Dios nos bendice consiste en estar disponibles para los demás, permaneciendo al lado de otros en sus penas y luchas, ofreciéndoles nuestro amor y nuestras oraciones. La autora ofrece consejos para crecer en nuestra vida espiritual, mejorando nuestras vidas y las de quienes nos rodean, ayudándonos a enfrentar los retos y los problemas que se presentan en las diversas etapas de nuestras vidas y en nuestras familias.
 
Independientemente de nuestro estado y situación, muchas mujeres luchan hoy en día por reprimir su femineidad innata e intentan imitar a los hombres, cuando en realidad ello supone un contrasentido, pues hombres y mujeres somos diferentes, y así debe ser para poder complementarnos. Seamos solteras, casadas, madres o mujeres de vida consagrada, Dios nos ha concedido inmensos regalos que debemos usar para Su Gloria y para el bien de los demás, y entre esos regalos están cualidades como la receptividad, la sensibilidad, la generosidad, la capacidad de dar vida, etc. Es bueno que reflexionemos sobre la alegría de nuestra vocación como mujeres, teniendo muy presente nuestro deber, como mujeres cristianas, de conducir nuestras vidas a contracorriente de las imposiciones del mundo actual, esforzándonos por ser un ejemplo de santidad para los demás.
 
El corazón femenino es inmenso y está lleno de amor. En el Evangelio podemos comprobar cómo las mujeres estaban cercanas a Nuestro Señor, aceptando Sus enseñanzas, aprendiendo de Él, y siguiéndole. Según nos recuerda el Arzobispo Fulton Sheen: "Las mujeres han demostrado resistir las situaciones de crisis mucho mejor que los hombres. Y para llegar a esta conclusión, nada mejor que remontarnos a la mayor crisis que el mundo haya enfrentado, la Crucifixión de Nuestro Divino Señor. Cuando nos fijamos en ese drama del Calvario, hay un hecho que permanece claro...Los hombres fallaron, en cambio, no hay un solo caso de mujer que fallara a Jesús".  Nosotras, mujeres de hoy, no tenemos la presencia física de Nuestro Señor Jesucristo, pero contamos con algo muy importante que nos convierte también en privilegiadas: contamos con una Iglesia que posee más de dos mil años de experiencia enseñando en la búsqueda del Señor.
 
Todas nuestras oraciones son escuchadas, pero cierto es que, a veces, nuestros deseos pueden contrariar lo que más conviene a nuestra salvación. Por ello, comencemos cada día ofreciendo todo a Nuestro Señor, siendo conscientes de nuestra misión, manteniéndonos humildes y con espíritu de servicio hacia los demás, invocando al Espíritu Santo para que nos guíe, nos inspire, nos fortalezca y nos haga conocer Su voluntad. Tal como decía el Cardenal Mercier: "La sumisión al Espíritu Santo es el secreto de la santidad".
 
A través de las páginas de su libro, Donna-Marie Cooper nos invita  a fijarnos en el ejemplo de la Santísima Virgen María, emulando Sus virtudes, actuando tal como Ella siempre lo hizo, con fe, esperanza y amor. He aquí una importantísima petición que podemos incluir en nuestra oración diaria, pidiendo incrementar esas virtudes en nuestros corazones. Y junto a esta importantísima referencia, aparece también el ejemplo de Santa Teresa de Calcuta, gran amiga de la autora, que siendo una mujer de aspecto menudo y frágil, hizo gala de las mencionadas virtudes y de su permanente "sí" a la voluntad divina, proporcionándole toda la fuerza necesaria para cumplir su misión en la vida terrenal.
 
Reflexionando el contenido del libro y aplicándonos a la oración, lograremos progresar en nuestra vida espiritual y convertirnos en faros de luz para quienes nos rodean, con la ayuda de Nuestra Señora y la gracia de Nuestro Señor.
 
Con mi sincero agradecimiento a la señora Donna-Marie Cooper O'Boyle
y a Paraclete Press.

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