viernes, 3 de abril de 2015

VIERNES SANTO: MARIA SANTISIMA DE LOS SIETE DOLORES

Siguiendo con mis visitas a las iglesias madrileñas en estos días de Semana Santa, quiero detenerme hoy, día de Viernes Santo, en la imagen de María Santísima de los Siete Dolores, venerada en la madrileña iglesia de Santa Cruz.



María Santísima de los Siete Dolores - Iglesia de Santa Cruz
Foto: María Luz


"Con manto de terciopelo
con corona de plata, flores,
entre cirios encendidos
y sonido de tambores,
camina tras de su Hijo
la Virgen de los siete Dolores.

Con el balanceo del paso
tiemblan los cirios, las flores,
y el corazón de la Virgen,
tiembla con el sufrimiento
del Hijo de sus amores".
(Pepita Serrano)

En el día 25 de Noviembre de 1495, el Papa Alejandro VI instituyó en Flandes, a instancias del rey Felipe "El Hermoso", la Confraternidad de los Siete Dolores. Casi un siglo después, en 1590, su nieto Felipe II donará la imagen de la Dolorosa que presidía el oratorio de Palacio, a la Congregación de los Siete Dolores, establecida en Madrid a semejanza de la primitiva fundada en Flandes.

El 19 de marzo de 1592, la imagen se traslada del Monasterio de las Descalzas Reales al Convento de Santo Tomás de los Padre Dominicos, al inicio de la calle Atocha.

Allí permanecerá hasta 1936, cuando el templo, ya Parroquia de Santa Cruz, es expoliado.

Para evitar que la devoción a los Siete Dolores de la Virgen caiga en el olvido, los hermanos de la Congregación encargan la talla actual en 1940, que ocupará su propia capilla en la parroquia, donde recibe la visita, el consuelo y las súplicas de todos sus devotos.

María Santísima de los Siete Dolores es una Dolorosa obra de D. Faustino Sanz Herranz, llamado "el último imaginero de Castilla". Fue labrada en 1940, cuando el escultor tenía diecisiete años, para sustituir la talla perdida en 1936.

El corazón de Nuestra Señora aparece traspasado por siete largas espadas o "dolores", conmemorando los siete trances amargos que le fueron profetizados por el anciano Simeón al presentar al Niño Jesús en el templo. La pieza de orfebrería que luce en su pecho, reproduce fielmente el corazón que portaba la talla anterior, perdido también en 1936.

La imagen aparece vestida con el luto que usaron las reinas viudas de España durante el reinado de los Austrias, consistente en largo manto negro, saya negra, y un rostrillo blanco enmarcando la cara, del que cae una toca, también blanca, que cubre el busto y los brazos.

En sus manos entrelazadas, la Virgen porta un sudario que simboliza los lienzos con los que, además de enjugar sus lágrimas, esperaba al pie de la Cruz que descendiese el Cuerpo de Cristo. En él aparecen bordadas diversas alegorías de la Pasión: la Santa Faz, corona de espinas y clavos, columna y azotes de la flagelación, la escalera, tenazas y martillo de la crucifixión y descendimiento, lanza y caña con la esponja de hiel, y la cruz vacía.

La Virgen porta un Rosario elaborado en filigrana dorada y cristal negro, que reproduce los rosarios de luto del siglo XVII, en los que colgaban medallas a ambos lados de la cruz. En esta pieza, las medallas aluden a la Purísima Concepción de María.

La decoración floral recrea la vegetación del Calvario, combinando diferentes tipos de flores silvestres, sobre cuyo fondo de hoja verde destacan los tonos blancos, morados y granates, símbolo de la fe, la penitencia y la sangre derramada.

Cada Viernes Santo, María Santísima de los Siete Dolores recorre las calles del Madrid de los Austrias, acompañada en su dolor por todos los fieles que, conmovidos por sus lágrimas, quieren aliviar la pena de su Madre Dolorosa.



 
 

jueves, 2 de abril de 2015

SEMANA SANTA EN MADRID

Hoy es Jueves Santo, conmemoramos la institución de la Eucaristía por Nuestro Señor Jesús en su última cena con los apóstoles.

Son días de recogimiento, de fe, de tradiciones, de procesiones...Las iglesias se llenan de fieles para ver las imágenes y las calles se abarrotan para contemplar el paso de las procesiones.

Un año más, he visitado algunos de nuestros templos, y por ello, comparto aquí algunas de las fotos que he tomado. No hace falta decir nada, sólo contemplar....y orar.

Domingo de Ramos en la iglesia de San Sebastián.


Nuestro Padre Jesús del Amor en su entrada triunfal en Jerusalén.
Se trata del tradicional paso de "la borriquilla", que hemos estrenado este año en Madrid.
 
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis.
 
Cristo de la Fe.
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis.
 
 
Santo Entierro.
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis.
 
Parroquia Nuestra Señora del Carmen y San Luis.
 
Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen y San Luis.

Nuestro Padre Jesús de la Salud.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen y San Luis.

María Santísima de las Angustias.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen y San Luis.

Capilla de Nuestra Señora de las Angustias.
Cristo caído camino del Calvario.
Iglesia de San Ginés.
 
Nuestra Señora de las Angustias.
Iglesia de San Ginés.
 
María Santísima de los Siete Dolores.
Iglesia de Santa Cruz.
 
Virgen de la Paz.
Iglesia de Santa Cruz.
 
Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
Colegiata de San Isidro.
 
Esperanza Macarena.
Colegiata de San Isidro.
 
Virgen de la Soledad.
Colegiata de San Isidro.
 
Nuestro Padre Jesús "El Pobre" y
María Santísima del Dulce Nombre.
Iglesia de San Pedro el Viejo.
 
Santo Niño de la Gracia. Siglo XVIII.
Basílica Pontificia de San Miguel.
 
Iglesia de Santa Gema.
 
Cruz de plata.
Iglesia de Santa Gema.
 
Si recorrer las iglesias madrileñas en estas fechas tan significativas, constituye un privilegio, servidora se siente también afortunada por haber tenido la oportunidad de escuchar en vivo, en directo y en primerísima fila el recital titulado "Sin vivir en mí, poemas y canciones del alma" a cargo de la gran dama del teatro, Doña Nati Mistral, dentro de la programación "Música y Voz para la Pasión", organizada por el Ayuntamiento de Madrid para esta Semana Santa, y concediendo un protagonismo especial a Santa Teresa de Jesús, en el quinto centenario de su nacimiento.
 
Escuchar en vivo a Doña Nati Mistral es una ocasión única. Mujer de gran personalidad, talento y declamadora excepcional, la artista nos deleitó a todos recitando a los clásicos, en el marco incomparable de la madrileña iglesia de San Ginés. Un repertorio en el que no faltaron Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Santa Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz, el peruano César Vallejo, etc.. todos ellos en la privilegiada voz de esta artista que, a sus 86 años, nos deleitó a todos con su gran talento y lucidez, convirtiendo su recital en una experiencia inolvidable.
 
 



  
 
Fotos: María Luz