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domingo, 16 de octubre de 2016

SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA

En el grupo de siete nuevos santos que forman parte desde hoy de nuestro santoral, los españoles tenemos el orgullo de contar con nuestro compatriota Manuel González García, natural de Sevilla, que llegó a ser Obispo de Málaga y de Palencia, fundador de la Unión Eucarística Reparadora y de la congregación de Misioneras Eucarísticas de Nazaret, y conocido por todos como el Apóstol de los Sagrarios abandonados. Dicha denominación se debe a  la importante labor que desarrolló, transmitiendo su amor por la Eucaristía y promoviendo su devoción en una etapa difícil para todos los católicos españoles como lo fueron los años 30. Dicho esfuerzo arrancó a partir de una experiencia que marcó su vida, cuando en el pueblo sevillano de Palomares del Río encontró un Sagrario abandonado y lleno de telas de araña, decidido a partir de entonces a contribuir a que Jesús Eucaristía fuese amado por todos y jamás abandonado.
 
 
Imagen de San Manuel González García escogida para su canonización.
 
No haré un resumen de su biografía, conocida ya por muchos y que siempre puede consultarse en diversos medios digitales. Simplemente quisiera dejar plasmado este escrito perteneciente a su "Manual de los Discípulos de San Juan":
 
QUISERA SER ÁNGEL
 
Yo quisiera, Señor, ser ángel sembrador de piadosos recuerdos y cristianas enseñanzas y despertador de conciencias dormidas o muertas, para ir visitando uno por uno a todos los vecinos de los pueblos y decirles allá en lo más hondo del alma con el acento más penetrante de mi palabra angélica: Hermano, ¿pero no te has enterado de que Jesús está en el Sagrario de tu parroquia? ¿No te has enterado?...Y me llevaría diciéndoselo hasta que se enterara del todo.
 
Yo quisiera ser el misionero de esas parroquias para gritar diariamente y a cada habitante del pueblo. ¡Hermanos, hermanos, Jesús está solo y no quiere ni debe estar solo!
 
Si yo pudiera tener por cada Sagrario desierto un corazón para acompañarte en él y una boca para alabarte y recibirte ¡qué alegría sentiría mi alma al presentarme delante de Ti en cada uno de ellos y decirte: ¡Corazón bueno, ya no estás solo!
 
 
 
 
Fotos: Página oficial de la Canonización de Manuel González García / Facebook
 
San Manuel González, ruega por España, por la Iglesia y por todos nosotros.
 
 

SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO

Hoy ha sido un día grande para todos los católicos del mundo pues tenemos la inmensa fortuna de contar con siete nuevos santos reconocidos como tales. Entre ellos, quisiera destacar la figura del niño mejicano José Sánchez del Río, que a la edad de 14 años entregó su vida por defender su fe, convirtiéndose en un verdadero ejemplo para todos nosotros.

 
Su historia fue relatada en la excelente película "Cristiada", rodada en el año 2012, y que muchos tuvimos ocasión de ver en las salas de cine.
 
José Sánchez del Río, natural de Sahuayo, en  Michoacán, Méjico, nació el 28 de marzo de 1913. Era un niño inquieto y travieso como cualquier otro, pero su destino se vio marcado, como el de otros compatriotas, por el régimen laicista y masón presidido por Plutarco Elías Calles. En  un durísimo atentado contra la libertad religiosa y la fe católica en particular, el gobierno impuso prohibiciones de todo tipo: limitación en el número de misas y en el número de templos abiertos,  prohibición de recaudar limosnas, prohibición de las confesiones, los templos sólo podían abrir en el estricto horario de misa, las campanas no podían sonar, expulsión de los misioneros, y un larguísimo etcétera.
 
Todo ello trajo como consecuencia la creación de la milicia cristera con el fin de luchar contra el gobierno en defensa de la fe, dando lugar a la denominada Guerra Cristera que se desarrolló entre los años 1926 y 1929. Pertenecientes a una familia profundamente católica, los hermanos del pequeño José se habían unido a la lucha, y ante ello, el niño quiso seguir sus pasos, lo cual consiguió a pesar de la oposición de sus padres, que se vio vencida ante el contundente argumento del joven José: "Nunca ha sido tan fácil ganar el Cielo como ahora."
 
Así fue como José y un compañero de su edad se unieron a los cristeros, desempeñando labores sencillas, más acordes a su edad, como ser portaestandarte,  y que en ningún caso consistieron en participación en la lucha activa.
 
En el curso del conflicto, un líder cristero perdió su caballo durante un enfrentamiento con las fuerzas gubernamentales, y José le ofreció el suyo, diciéndole: "Aquí tiene mi caballo, tómelo, usted es más necesario a la causa que yo." Este acto leal y valeroso de José motivó que fuese apresado por el ejército federal. Durante su encarcelamiento escribió la siguiente carta a su madre:
 
Cotija, 6 de febrero de 1928
 
Mi querida mamá:
 
Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo en los momentos actuales voy a morir, pero nada importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios, yo muero muy contento, porque muero en la raya al lado de nuestro Señor. No te apures por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes, diles a mis otros hermanos que sigan el ejemplo del más chico, y tú haz la voluntad de Dios. Ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a todos por última vez y tú recibe por último el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba.
 
José Sánchez del Río
 
El joven José fue un mártir. Ante las repetidas exigencias para que apostatara de su fe y las sucesivas negativas del joven,  fue sometido a tortura, desollándole los pies, y obligado a caminar en tan lamentable estado hasta el cementerio municipal, trayecto durante el cual el joven no se cansaba de repetir a viva voz: "Viva Cristo Rey." Tras ser apuñalado en varias ocasiones y antes de ser lanzado su cuerpo a la fosa, se le preguntó qué mensaje quería que dieran a sus padres, a lo cual José respondió: "Que viva Cristo Rey y que en el Cielo nos veremos." Acto seguido su verdugo le disparó un tiro y lo mató.
 
José Sánchez del Río fue beatificado por el Papa Benedicto XVI junto a otros mártires mejicanos. Y desde hoy forma parte del grupo de los Santos al ser reconocido un milagro acontecido por su intermediación, en concreto la curación de una niña mejicana que siendo un bebé, sufrió un infarto cerebral y para quien no había esperanza de vida.
 
Los mejicanos pueden sentirse muy orgullosos de contar con su compatriota José en el santoral de la Iglesia Católica, y todos nosotros tener en él a una auténtica fuente de inspiración por su valentía en la defensa de nuestra fe.
 
Reliquia de San José Sánchez del Río.
 
El joven actor Mauricio Kuri dando  vida al joven José en la película "Cristiada".
 
Imagen de San José Sánchez del Río escogida para su ceremonia de canonización.
 


FOTOS: Google, Twitter, ACI Prensa.