En Agosto del año pasado, tuve la inmensa fortuna de regresar a mi adorada Lourdes. Y fue hermoso volver con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen el 15 de Agosto. Yo iba con muchas ideas en mi cabeza, había muchas cosas que quería ver, y lo que llevaba en mente se cumplió en su integridad, todo fue como la seda. Al principio hacía bastante frío, pero el fin de semana estuvo más templado. No nos llovió nada a pesar de los nubarrones del primer día. Caminamos como si hubiésemos hecho el Tour de France pero sin bicicleta, aprovechando el tiempo todo lo que hemos podido.
Foto: María Luz
Tuvimos ocasión de pasar dos veces por la Gruta, presenciamos la Adoración al Santísimo en la Gruta durante la primera noche, en una ceremonia italiana muy bonita. También acudimos a una misa italiana organizada por una peregrinación en el interior de la Iglesia de Santa Bernadette. No nos perdimos la procesión de las antorchas. No hace falta que diga que Lourdes estaba repleta de peregrinos de todo el mundo, lleno total en los hoteles, el nuestro fue el mismo de la vez anterior, fue como volver a casa, se acordaban de nosotras, todos son tan gentiles, la amabilidad en persona, no tengo palabras para describir todo lo que se vive en Lourdes. Me han pasado cosas muy bonitas allí, hasta me he ganado una nueva amiga. Nuestro hotel estaba tomado por los italianos. Y en el recinto del Santuario, destacaba especialmente la presencia de los indios y de los guineanos.
La mañana del día 15, después de pasar la Gruta, fuimos directas a las piscinas..... ¡¡¡¡¡y entramos directamente sin ninguna espera!!!!!! Yo iba mentalizada para hacer una espera de varias horas, pero mi sorpresa fue que al llegar había sólo unas cuantas personas que ya habían salido, y cuando me acerqué a la entrada, una amable voluntaria nos indicó que ya podíamos entrar. Durante la preparación, la voluntaria que me tocó en suerte estuvo charlando conmigo de forma muy gentil. Una vez preparadas para nuestra inmersión, las voluntarias entonaban cantos a la Virgen con sus hermosas voces. ¡¡Era como estar en la antesala del cielo!! Es imposible no emocionarse en esos momentos. Una vez dentro, otras voluntarias me indicaron en cada momento lo que tenía que hacer, me acompañaron en mi rezo y me sumergieron en ese agua bendita tan fresca que parece devolverle a uno la vida. Una vez vestida de nuevo, me despedí de todas ellas lanzándoles un beso y agradeciéndoles su atención. Ha sido una experiencia muy honda, muy emotiva, las voluntarias son todas unos ángeles.
Interior de las piscinas de Lourdes.
Foto: lourdes-france.org
Gracias a que esa mañana todo se nos dio tan bien, la tarde la dedicamos a visitar el Moulin Boly (casa natal de Santa Bernadette), la Maison Paternelle (Moulin Lacadé) y el Cachot....Me gustó mucho todo, especialmente ver el Moulin Boly y el Moulin Lacadé, éste último es propiedad de la familia Soubirous, quien nos recibió en éste era una pariente de Bernadette, y conservan todos sus recuerdos, entre ellos el vestido de bautizo de la Santa, que siguen usando los nuevos miembros de la familia que son bautizados tras su nacimiento. Es muy emotivo ver las fotos de los niños de la familia con su vestido de bautizo.
Fotos: María Luz
Vestido de bautizo de Bernadette Soubirous.
Foto: María Luz
Recuerdos de Santa Bernadette.
La cama donde falleció la madre de Bernadette.
El abad Peyramale, párroco de Lourdes en 1858.
Fotos: María Luz
Moulin Boly.
Fotos: María Luz
Retratos de Bernadette y sus padres.
Oración por la familia.
Entrada a Le Cachot.
Fotos: María Luz
Objetos personales de Santa Bernadette.
Foto: María Luz
También nos dio tiempo a visitar el Castillo-fortaleza, que es fantástico. El museo pirenaico en su interior es muy interesante y su jardín botánico es bonito y muy coqueto. La capilla del Castillo es barroca, una preciosidad. Desde el Castillo se contempla toda la vista de Lourdes.
Château-Fort.
Foto: Lourdes-photo/Facebook
Entrada al Château-Fort
Foto: María Luz
Museo Pirenaico en el interior del Château-Fort.
Foto: María Luz
En el museo se aprecia todo lo relacionado con la vida y las tradiciones pirenaicas, la forma en que estaban amuebladas las casas y su modo de vida.
Cerámicas típicas.
Entrada a la capilla del Castillo.
Capilla del Château-Fort.
Foto: María Luz
En el jardín del castillo se pueden visitar las maquetas de las construcciones típicas pirenaicas tanto de la zona francesa como española.
Una típica construcción vasca.
La iglesia parroquial del Sacré Coeur vista desde el Château-Fort.
Fotos: María Luz
Altar a la Virgen de Lourdes.
Homenaje de la parroquia a los muertos en la Primera Guerra Mundial.
Capilla de Santa Bernadette.
La pila bautismal donde fue bautizada Bernadette Soubirous.
Tras visitar la iglesia parroquial del Sagrado Corazón, caminando volvimos al santuario y nos encontramos con la maravillosa celebración religiosa de la Peregrinación Nacional de Francia y con la procesión del Santísimo y todas las representaciones de las regiones francesas. Fue maravilloso. Volvimos al hotel exhaustas, gracias a la comida tan deliciosa que nos ofrecieron cada día, estuvimos bien alimentadas y pudimos hacer frente a las muchas actividades que ofrece Lourdes.
Al día siguiente, visita a dos museos que son lindísimos:
-El Museo de Lourdes: es una recreación a tamaño natural del Lourdes de la época de las apariciones, es un viaje al pasado muy bien recreado y al final se contempla la escena de la aparición de la Virgen con una interpretación del Ave María. Todo el museo en sí fue hecho en estuco por un descendiente de Antoine Nicolau, que fue el que primero que creyó en el testimonio de Bernadette.
Retrato de Antoine Nicolau en el interior del Museo de Lourdes.
Foto: María Luz
Museo de Lourdes. Foto: María Luz
Reproducción de la famosísima Chocolatería Palhaisson tal como era en aquella época.
Museo de Lourdes. Foto: María Luz
-El Petit Lourdes: una reproducción del Lourdes de la época de las apariciones en un pequeño parque al pie de la montaña, con maquetas de las casas y lugares emblemáticos relacionados con la vida de Bernadette, todo ello acompañado de las correspondientes explicaciones.
Petit Lourdes. Foto: María Luz
Petit Lourdes. Foto: María Luz
La gruta de Masabielle representada en el Petit Lourdes.
El abad Peyramale en su casa - Petit Lourdes.
Una maqueta del Santuario de Lourdes en el Petit Lourdes.
La Gruta - Petit Lourdes
Una imagen de Nuestra Señora con multitud de Rosarios dejados por los visitantes del Petit Lourdes.
Fotos: María Luz
-El cementerio de l'Egalité, donde se encuentra la tumba de la familia Soubirous (padres y parientes de Santa Bernadette).
Vista del cementerio L'égalité.
Foto: María Luz
La tumba de los padres de Santa Bernadette.
Foto: María Luz
Conclusión: Lourdes es un pedacito de cielo en la Tierra, hay algo especial allí, no se puede describir con palabras. Es como si alguien te cuidara, te hiciera todo fácil, la gente es amable, encantadora, todo son facilidades, la comida estupenda, la gente contenta y siempre con una sonrisa.....¡Qué duro es volver a la realidad! Siempre he sido creyente, pero después de estar en Lourdes sé con seguridad que Dios y la Virgen existen y están presentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario