domingo, 20 de marzo de 2016

VIA CRUCIS CON LOS HERALDOS DEL EVANGELIO

Han transcurrido dos días desde el Viernes de Dolores y todavía me siento bajo los efectos de la gracia derramada en el Vía Crucis al que asistí en la madrileña iglesia de San Juan de Ribera, a cargo de los Heraldos del Evangelio. Sin duda, ha sido el Vía Crucis más piadoso y más solemne  que he tenido la ocasión de presenciar. Me sentí transportada a la misma Jerusalén, la que visité hace ya tantos años y que ocupa un lugar destacado en mi corazón. Precisamente, fue el beato Alvaro de Córdoba, fraile dominico, quien introdujo esta práctica en 1419 tras su regreso de Jerusalén impresionado por el camino del Calvario en la Vía Dolorosa.
 
 


 
 
 
Asistir al ejercicio piadoso del Via Crucis es altamente recomendable, ya que a través de sus rezos y meditaciones, nos permiten acompañar a Jesús y sentirnos mucho más cerca de Él....¿Por qué habré yo recurrido a los hombres para hallar consuelo, en lugar de dirigirme a Vos?...Dame tu fuerza para no caer...Nosotros somos la única causa de su muerte cada vez que lo traicionamos con el pecado...¡Quiero, a fuerza de amor, hacerte olvidar mi pasada ingratitud y, a fuerza de abnegación, conseguir que me perdones el haber vivido tanto tiempo sin amarte.
 
 Sólo Jesucristo puede ayudarnos, levantarnos, reconfortarnos.
En nuestras manos está el convertirnos en dignos seguidores suyos.
 
 
 
FOTOS: MARÍA LUZ
 
 
 

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