miércoles, 4 de septiembre de 2019

Acto de desagravio al Sagrado Corazón de Jesús para el mes de septiembre

Eterno Dios, creador y conservador de todas las cosas: yo, pecador indigno, me postro ante el trono de vuestra soberana Majestad y por medio del Sagrado Corazón de vuestro Hijo Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, os adoro por todos los hombres que no os adoran, os amo por todos los que no os aman, y por todos los que voluntariamente ciegos rehúsan conoceros, os reconozco y confieso por verdadero Dios, único y supremo Señor de cielos y tierra. 

¡Ojalá pudiese yo satisfacer la estrechísima obligación que tienen todos los hombres de alabaros, amaros y rendirse enteramente a vuestra santísima voluntad! ¡Ojalá pudiese yo recorrer todas las partes del mundo, reunir todas las almas redimidas con la sangre preciosa de vuestro Hijo, y abrazándolas con entrañas de verdadera caridad, ofrecéroslas todas dentro del Corazón santísimo de mi Jesús, reparar las injurias que os han hecho, y por los méritos de este Corazón amantísimo, alcanzar la salvación de todas ellas. No permitáis, oh Padre Celestial que sea por más tiempo ignorado de ellas vuestro Hijo unigénito. Sumidas están muchas en el abismo del pecado y muertas a la gracia: haced que resuciten a nueva vida, viviendo por Jesús, que murió y vertió por ellas su preciosísima sangre. Con ese Corazón sagrado presento también a vuestra Majestad todos los que le son devotos, y os pido que los llenéis de su espíritu y les concedáis estar con Vos eternamente. Otorgadme, os ruego, todas estas gracias, no mirando a la indignidad del que os las pide, sino a vuestra  infinita misericordia, y a los méritos de vuestro Hijo santísimo.

Mas ¿quién podrá corresponder a tantos beneficios como me habéis hecho, y a tantos otros que espero recibir de Vos en adelante, oh Jesús mío? Confieso que nada puedo y nada soy: deseoso, con todo de agradecer en alguna manera tantos favores, os ofrezco el Corazón Inmaculado de vuestra Madre amorosísima. Quisiera yo amaros, Jesús mío, con aquella encendida caridad con que os ha amado y ama este purísimo Corazón. Por aquel amor entrañable con que esta Madre tierna os albergó nueve meses en su seno virginal, y alimentó con su purísima leche, concededme, os suplico, una verdadera contrición de mis pecados; para que, limpio mi corazón de toda mancha, logre amaros, alabaros y gozar de Vos eternamente en la gloria. Amén.


"Áncora de Salvación"
por el R.P. José Mach.
Edición de 1954.

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