Una de las razones por las que me siento afortunada viviendo en una gran capital como Madrid es el poder disfrutar muy a menudo de su riqueza cultural y artística. Es así como, en una mañana de agosto, no me importa desafiar las altas temperaturas y, tras esperar cuarenta y cinco minutos a pleno sol, poder adentrarme en las instalaciones de Palacio Real, sentir el frescor del aire acondicionado y estar ya dispuesta a adentrarme en un universo artístico de gran belleza.
En ocasiones así, siempre hago la misma reflexión: ¡¡qué afortunados somos de pertenecer a una nación monárquica en la que sus reyes y nobles dedicaron gran interés y parte de sus fortunas a adquirir excelentes obras de arte que hoy todos podemos disfrutar!! Es por ello que, a la mínima ocasión, me dedico a deleitarme en cualquier exposición que se organiza como la que hoy me ocupa.
La exposición "De Caravaggio a Bernini. Obras maestras del Seicento italiano en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional" ofrece una maravillosa colección de pinturas y esculturas procedentes de Italia y que datan del siglo XVII (denominado Seicento en su país de origen). Todas ellas han sido seleccionadas por su inmenso valor artístico e histórico y brillan en todo su esplendor gracias al magnífico trabajo de restauración. Muchas de ellas se muestran al público por primera vez, siendo un claro ejemplo de la gran riqueza de nuestras Colecciones Reales.
Junto a las obras adquiridas por los monarcas españoles para decorar los diversos Sitios Reales, hay otras muchas que fueron regalos diplomáticos y algunas donaciones. Destacar también que gran parte de las obras expuestas son de temática piadosa, lógico en nuestra monarquía católica, por lo cual, servidora no puede sentirse más feliz de disfrutar de tantas obras de arte que son toda una manifestación de fe y que nos ayudan a elevar nuestro espíritu de la mejor manera posible.
Imposible traer aquí todas las obras expuestas. Sería maravilloso poder fotografiarlas con cámara profesional, aunque reconozco que cuando una amable vigilante me dijo que tenía permiso para tomar fotos aun sin flash, vi el cielo abierto ante mí y he tratado de fotografiar todas aquellas que más me han gustado. Aunque la calidad no sea óptima, espero que las imágenes que he tomado sirvan sólo de aperitivo de esta magnífica exposición. No hace falta decir, que todas ellas pueden verse dispersas en todos nuestros palacios y conventos de fundación real en cualquier época del año.
Para todos los que residan o pasen por Madrid, esta muestra es una cita obligada hasta el próximo mes de octubre.
Sin más, y aprovechando este tiempo vacacional, cambiamos de tercio, y en lugar de comentarios sobre libros, nos vamos de visita artística. Espero que os guste.
Sin más, y aprovechando este tiempo vacacional, cambiamos de tercio, y en lugar de comentarios sobre libros, nos vamos de visita artística. Espero que os guste.
"Sagrada Familia" - Giovanni Battista Foggini
Relieve en bronce dorado sobre lapislázuli.
"Cristo muerto llorado por dos ángeles" - Charles Le Brun
Imposible no emocionarse ante esta imagen.
En esta obra, el autor quiso reflejar la impresión que le produjo la contemplación en Roma de la Piedad.
"Virgen con el Niño" - Bartolomeo Cavarozzi
Un perfecto equilibrio entre el naturalismo de Caravaggio y el ideal de Rafael.
Una de mis piezas expuestas favoritas.
"Crucifijo relicario"- Georg Petel (Procede del Real Monasterio de la Encarnación)
El Cristo está tallado sobre un colmillo de elefante, lo cual motiva la curvatura de la figura.
Posee una expresividad plenamente barroca.
"Crucificado" - Giambologna (Procede del Monasterio de las Descalzas Reales)
Es una representación idealizada de Cristo vivo en la cruz que no deja adivinar los sufrimientos de la Pasión, y que contrasta con el Crucificado de la fotografía anterior, que muestra un arrebatado patetismo.
"Altar de León I: Encuentro entre Atila y el Papa León I"
Alessandro Algardi, Ercole Ferrata y Pietro da Cortona.
Fastuoso regalo diplomático ofrecido por el Cardenal Francesco Barberini al rey Felipe IV.
Este relieve reproduce la pala marmórea del altar dedicado a León I y esculpida para San Pedro del Vaticano.
A la izquierda "Piedad", a la derecha "San Antonio de Padua" - Simone Cantarini.
Se trata de dos óleos pintados sobre un alabastro procedente de Egipto, lo que sugiere que se traten de presentes diplomáticos. Ambos proceden del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
"La Virgen con el Niño y San Juanito" - Giovan Francesco Romanelli
Procedente del Monasterio de El Escorial.
Bellísimo su colorido y la ternura de la Virgen.
"Aparición del Niño Jesús con un ostensorio a Santa Clara de Asís"- Giovan Francesco Romanelli.
Procedente del Monasterio de las Descalzas Reales.
"La Virgen con el Niño en gloria" - Giacinto Calandrucci.
Esta obra decoraba el dormitorio de los Reyes Felipe V e Isabel de Farnesio en el Palacio de la Granja de San Ildefonso.
"Santa Catalina" - Guido Reni
Colección del Rey Felipe V.
Procedente del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Destaca la celeste figura de Santa Catalina sobre un fondo negro, en clara comunicación con la divinidad, manifestada ésta en la luz hacia la que dirige su rostro.
Una clara muestra del claroscuro aprendido de Caravaggio.
"San Andrés adorando la cruz de su martirio"- Francesco Albani.
Colección del Monasterio de las Descalzas Reales.
Aun de pequeño tamaño, la obra transmite una gran monumentalidad.
"San Pablo" - Francesco Fracanzano.
Procedente del Real Convento de Santa Isabel.
"San Jerónimo en meditación" - Juan de Ribera.
Procedente del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Siempre es un placer disfrutar de las obras de unos de nuestros maestros de la pintura.
Admirable la forma en que Ribera se recrea en los signos de la vejez, que él sabe representar como nadie.
"San Jerónimo penitente" - José de Ribera.
Procedente del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Junto al Santo aparecen la calavera como símbolo de penitencia y los libros, en referencia a su gran actividad intelectual como Doctor de la Iglesia latina...Gran maestría en la elaboración del rostro.
"Salomé con la cabeza del Bautista" - Caravaggio.
Sobrecogedora obra, de la colección del rey Felipe IV, en la que se muestra un fuerte claroscuro, que potencia el dramatismo de la escena.
"San Francisco de Asís recibe los estigmas" - José de Ribera.
Mientras el Santo meditaba sobre la Pasión de Cristo, una aparición impuso en sus manos y pies las llagas padecidas en la crucifixión.
"San Francisco de Asís en la zarza"- José de Ribera.
Para huir de las tentaciones del demonio, San Francisco se lanza desnudo a una zarza con espinas que se convierten en rosas. Al mismo tiempo, un ángel se aparece y le indica que solicite al Papa una indulgencia para todos los que acudan a rezar a ese lugar en el día de la liberación de San Pedro.
Se trata de la indulgencia plenaria conocida como "Perdón de Asís".
"Cristo crucificado" - Bernini
Fue encargado por el rey Felipe IV a través del embajador español en Roma, para presidir el Panteón Real del Monasterio de El Escorial, siendo sustituido posteriormente por una obra de menor calidad.
Es la única obra de Bernini no sujeta a un conjunto monumental que ha llegado hasta nuestra época.
"Calvario" - Antonio Raggi, Alessandro Algardi.
Esta obra es una muestra de la escultura barroca romana.
"Asunción de María Magdalena" - Pietro Liberi.
Colección del rey Carlos IV procedente del Palacio Real de Riofrío.
La representación de la Santa remite más a su pasado que a la época de su arrepentimiento.
"San Benito y San José con ángeles" - Emilio Savonanzi.
Colección del rey Carlos IV.
San Benito se reconoce gracias al cuervo, al báculo y a la tiara.
"Tabernáculo" - Domenico Montini.
Impresionante pieza, realizada en bronce dorado, plata y diferentes mármoles.
Colección del rey Felipe IV.
"La vocación de San Andrés y San Pedro" - Federico Barocci.
Esta pintura fue un regalo del duque de Urbino al rey Felipe II .
Aun siendo de época anterior, esta obra está presente en la exposición por considerarse que sus líneas suponen una anticipación al barroco. Además, su rico colorido recuerda mucho el estilo de Tiziano, que era por entonces el pintor más admirado en la corte.
"Asunción de la Virgen" - Andrea Lilio.
Procedente de los Reales Alcázares de Sevilla.
Es otra de mis obras favoritas de todas las expuestas.
"Descanso en la huida a Egipto" - Andrea Vaccaro.
Colección del rey Carlos II.
La obra transmite serenidad y elegancia.
"Descendimiento" - Giovan Francesco Romanelli.
Procedente del Palacio Real de Aranjuez.
La escena aparece representada con mucha contención.
Llaman la atención los gestos de los personajes, y el gesto de la Virgen sin derramar lágrimas.
"San Pablo ermitaño" - Giovanni Battista Beinaschi.
Procedente del Real Convento de Capuchinos de El Pardo.
Destaca el gesto de sorpresa y de inquietud ante el ave que le trae el alimento.
"Martirio de San Andrés" - Giacinto Brandi y taller.
El autor fue uno de los más importantes pintores de Roma, lo cual se plasma en la maestría con que pinta la cabeza y el gesto del Santo.
"San Jenaro en gloria" - Andrea Malinconico.
Colección del rey Felipe V.
El Santo aparece sobrevolando Nápoles en un icono milagroso sostenido por ángeles.
"Los siete arcángeles" - Massimo Stanzione.
Procedente del Monasterio de las Descalzas Reales.
Además de San Miguel, San Gabriel y San Rafael, aparecen cuatro arcángeles más.
Parte superior: "La curación del paralítico" - Luca Giordano.
Parte inferior: "La expulsión de los mercaderes del Templo" - Luca Giordano.
Ambos incluidos en la colección del rey Carlos II y procedentes del Palacio Real de Riofrío.
"Conversión de Saulo" - Guido Reni.
Colección del rey Felipe IV.
Destaca el carácter contemplativo y solitario de su conversión.
En la parte superior puede apreciarse el asomo de la luz divina que transformará su vida.
FOTOS: María Luz
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