viernes, 27 de enero de 2017

SANTA DEVOTA

Cada año, llegadas estas fechas, el principado de Mónaco, territorio en el que la religión católica, apostólica y romana, es la religión de estado, los monegascos rinden culto a su santa patrona: Santa Devota.
 
 
Santa Devota.
(Catedral de Montecarlo, Mónaco)
 
Al comienzo del siglo IV, una joven cristiana de nombre Devota, hija de un oficial romano, convertida al cristianismo por influencia de su nodriza cristiana, decidió cultivar su fe llevando vida de ermitaña. Enterada de la persecución desatada contra los cristianos decidió entrar a servir en casa del senador romano Eutiquio para no levantar sospechas. El senador era un hombre bondadoso, y conocedor de la fe de Devota, decidió protegerla. Devota siguió orando y llevando la vida austera de su época de ermitaña, pero su secreto fue descubierto por diversos nobles, habituales visitantes de la casa del senador. Enterado el gobernador romano Bárbaro, ordenó que Devota fuese llevada ante su presencia, contando con la defensa de Eutiquio, quien se negó a entregarla, lo que le costó la muerte por envenenamiento por orden de Bárbaro. De este modo, sin su protector, la joven Devota quedaba a merced del gobernador. Fue llevada al tribunal, negándose a rendir culto a los dioses romanos y sometida a sucesivas torturas hasta morir sin renegar de su fe.
 
Sello del Principado de Mónaco, representando a Santa Devota
ante el tribunal del gobernador Bárbaro.
 
 
Tras su muerte, el gobernador ordenó que su cuerpo fuese quemado, pero otros cristianos lo recogieron  y lo depositaron en el interior de una barca con la intención de partir hacia la costa africana, donde pretendían darle cristiana sepultura.
 
Durante las primeras horas de la travesía, se desató una violenta tempestad, momento en el cual, de la boca de Devota salió una paloma que guio la barca y sus tripulantes hasta Mónaco sin ningún contratiempo. Era el sexto día antes de las calendas de febrero, que se corresponde aproximadamente a la fecha del 27 de enero. Llegados a este punto, debo precisar que el suceso relatado de la paloma que salió de su boca es objeto de una diferente versión, según la cual, la paloma salió de la boca de Devota en el momento de su muerte.
 
El cuerpo de Santa Devota es trasladado en una barca.
Vidriera de la iglesia de San Carlos - Mónaco.
 
 Enterrado el cuerpo de Devota, un oratorio marcó el lugar de su sepultura. Tanto los habitantes del lugar, como navegantes de paso, acudían en gran número en actitud de recogimiento, comenzando a producirse los primeros milagros. Sin embargo, una noche, un hombre robó los restos de la santa con la intención de comerciar con ellos y obtener un buen beneficio, pero el sacrilegio no llegó a mayores pues un grupo de pescadores persiguieron al ladrón dándole alcance y recuperando los restos. La barca del ladrón fue quemada en la playa como sacrificio expiatorio.
 
Durante el siglo XVI, en el curso de una batalla entre genoveses y pisanos, la Santa protegió a Mónaco, que sufrió numerosos asedios, siendo repelidos por los monegascos, a quienes se había aparecido la Santa asegurándoles la protección divina y la victoria final.
 
Siendo Devota natural de Córcega, es también la patrona de la isla, adquiriendo importancia su culto en el siglo XVII, al ser enviadas desde Mónaco dos reliquias de la santa para ser veneradas en la tierra que la vio nacer.
 
El culto a Santa Devota permanece muy vivo y está íntimamente ligado a Mónaco y a sus príncipes, por considerarla el alma protectora de la identidad monegasca, siendo invocada tanto en las alegrías como en las penas.
 
Iglesia de Santa Devota en Mónaco.
 
Relicario que contiene los restos de Santa Devota, en la Catedral.
 
Las celebraciones comienzan en el principado en la mañana del día 26 de enero, con la celebración de la Misa de las Tradiciones en lengua monegasca. A la caída de la noche del mismo día, todos los fieles se congregan junto al puerto para ver llegar la barca simbólica, recibir las reliquias de la santa y participar en la procesión hasta la iglesia de Santa Devota. Tras el tradicional saludo al Santísimo Sacramento en el interior de la iglesia, se procede a la quema de la barca por parte del príncipe soberano y su familia, en la plaza situada ante el templo, costumbre que se adoptó en 1924, bajo el reinado del príncipe Luis II de Mónaco.
 
Exterior de la iglesia de Santa Devota en la noche del 26 de enero.
 
Los príncipes de Mónaco junto al Padre César Penzo, capellán de Palacio y persona muy querida en el Principado.
 
 
Los príncipes en el interior de la Iglesia de Santa Devota durante la salutación al Santísimo.
 
 
Las reliquias de Santa Devota son llevadas en procesión.
 
 
 
 
 
Los príncipes de Mónaco prenden fuego a la barca.

 
 
 
En la mañana del día 27 de enero, las reliquias son recibidas en la Catedral monegasca, donde tiene lugar la celebración de la Santa Misa presidida por el Arzobispo de Mónaco. Una vez finalizada, las reliquias son llevadas en procesión hasta la plaza del palacio para proceder a la bendición del palacio, de la ciudad y del mar:
 
 
Los príncipes junto al Padre César Penzo, hacen su entrada en la Catedral.


El relicario de Santa Devota durante la Santa Misa en la Catedral monegasca.
 
El arzobispo Bernard Barsi despide a los príncipes a la salida de la Catedral en presencia del Padre César Penzo.
 
La procesión con las reliquias de Santa Devota dirigiéndose hacia el Palacio de Mónaco.
Los restos son portados por los penitentes de la Archicofradía de la Misericordia.
 
Los príncipes Alberto y Charlene, en el balcón de palacio, se santiguan ante el paso de la procesión.


Momento de la bendición del mar.
 
Feliz día de Santa Devota a todos los monegascos y fieles devotos de la Santa, y un reconocimiento especial a los soberanos que mantienen viva la fe católica y las tradiciones de su pueblo.
 
 

FOTOS: Palais Princier / preguntasantoral.es / hola.com / Paris Match

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