Reliquias de Santa Bernadette.
Foto: María Luz
¡Oh!, amable Santa Bernadette,
que tuviste la dicha de llevar grabada en tus ojos
la belleza de la Inmaculada Concepción,
enséñame a mirarla como tú la mirabas en la santa gruta;
ayúdame a seguir la vida que hacia Dios señalan sus maternales ojos;
para que jamás los míos se fijen en bajezas de la tierra,
y así, cuando la muerte los cierre,
lleve yo impresa en mi alma la imagen adorable de María,
prenda de eterna salvación.
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