¡Augusta Reina de los cielos y maestra de los Ángeles!
Vos que habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás,
os pedimos humildemente, enviéis las legiones celestiales para que, bajo vuestras órdenes,
persigan a los demonios, los combatan en todas partes,
repriman su audacia y los rechacen al abismo.
¿Quién como Dios?
¡Oh buena y cariñosa Madre!
Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza.
¡Oh divina Madre!,
enviad los Santos Ángeles para defendernos
y rechazar muy lejos de nosotros al cruel enemigo.
Santos Ángeles y Arcángeles,
defendednos y guardadnos.
(Esta oración fue dictada por la Santísima Virgen al Padre Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María, en Anglet.)
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