La respuesta a esta pregunta nos la ofrece San Pío de Pietrelcina a través de esta clara explicación:
Una madre está bordando. Su hijo, sentado en un pequeño taburete, contempla su trabajo pero al revés. Ve los nudos del bordado, los hilos revueltos. Y dice: "Mamá ¿se puede saber qué haces? ¡Se ve poco claro tu trabajo!". Entonces la madre baja el bastidor y enseña la parte buena del bordado. Cada color está en su sitio y la variedad de los hilos se ajusta a la armonía del dibujo. ¡Eso es! Nosotros vemos el reverso del bordado; estamos sentados en un taburete bajo.
(San Pío de Pietrelcina)
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