Hoy, festividad de San Pedro y San Pablo, se celebra el 65 aniversario de la ordenación sacerdotal de nuestro Papa Emérito Benedicto XVI. Debido a la gran admiración y agradecimiento que siento hacia él, no podía pasar por alto esta significativa fecha sin dedicar un recuerdo a quien, habiendo renunciado al pontificado, sigue rezando desde el Monasterio Mater Ecclesiae por todos nosotros y por la marcha del mundo.
El joven Joseph Ratzinger junto a su hermano Georg durante la ceremonia de su ordenación sacerdotal, celebrada el 29 de junio de 1951.
Recordatorio de su Ordenación Sacerdotal.
Me gustaría mencionar la forma en que Benedicto XVI recordaba ese día calificado por él mismo como "el más importante de mi vida" en su autobiografía:
"Mi hermano Georg y yo recibimos nuestra ordenación sacerdotal de manos del Cardenal Faulhaber en la fiesta de los santos Pedro y Pablo del año 1951. Éramos más de cuarenta candidatos; cuando fuimos llamados respondíamos "Adsum": "Aquí estoy". Era un espléndido día de verano que permanece inolvidable como el momento más importante de mi vida. No se debe ser supersticioso, pero en el momento en que el anciano arzobispo impuso sus manos sobre las mías, un pajarillo -tal vez una alondra- se elevó del altar mayor de la catedral y entonó un breve canto gozoso; para mí fue como si una voz de lo alto me dijese: "va bien así, estás en el camino justo".
El cardenal Michael von Faulhaber bendiciendo a Joseph Ratzinger durante su ordenación.
Con motivo de esta fecha, en la mañana de ayer, el Papa Francisco presidió una celebración junto al homenajeado y diversos Cardenales en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. Durante el homenaje, tanto el Santo Padre como diversos miembros de la curia pronunciaron varios discursos haciendo referencia al legado que Benedicto XVI nos ha dejado.
Su Santidad el Papa Francisco comenzó su discurso diciendo: "Hoy festejamos la historia de una llamada iniciada hace 65 años con su ordenación sacerdotal en la Catedral de Frisinga (Alemania) el 29 de junio de 1951...En una de las muchas páginas que usted dedica al sacerdocio, subraya como, en la hora de la llamada definitiva de Simón, Jesús, mirándolo, le pregunta solo una cosa ‘¿Me amas?’. ¡Qué hermoso es de verdad esto!”, y concluyó su discurso con el siguiente deseo. “ Que Usted, Santidad, pueda continuar sintiendo la mano de Dios misericordioso que Le apoya, que pueda experimentar y testimoniarnos el amor de Dios; que con Pedro y Pablo, pueda continuar exultando de gran alegría mientras camina hacia la meta de la fe”.
Por su parte, el Papa Emérito improvisó las siguientes palabras:
"Querido Santo Padre, queridos hermanos:
Eukaristomen dice un gracias humano, gracias a todos. ¡Gracias sobre todo a Usted, Santo Padre! Su bondad, desde el primer día de la elección, en cada momento de mi vida me emociona, me lleva realmente, interiormente. Más que en los Jardines Vaticanos, con su belleza, su bondad es el lugar en el que habito: me siento protegido. Gracias también por la palabra de agradecimiento, por todo. Esperemos que Usted pueda ir adelante con todos nosotros en este camino de la misericordia divina mostrando el camino de Jesús, hacia Jesús, hacia Dios.
Gracias también a Usted, Eminencia (Cardenal Sodano) por Sus palabras que han tocado el corazón: Cor ad cor loquitur. Usted se ha hecho presente sea en mi ordenación sacerdotal sea también en mi visita en 2006 a Frisinga, donde he revivido esto. Puedo solo decir así, con estas palabras, Usted ha interpretado lo esencial de mi visión del sacerdocio, de mi labor. Le estoy agradecido por la amistad que ahora nos une desde hace tanto tiempo, de tejado a tejado (se refiere a sus habitaciones que se encuentran cerca): es casi presente y tangible.
Gracias Cardenal Müller por el trabajo que Usted hace y por la presentación de mis textos sobre el sacerdocio, en los cuales busco ayudar también a los hermanos a entrar siempre una y otra vez en el misterio en el que el Señor pone en nuestras manos.
Eukaristomen, se refiere no solo a las dimensiones del agradecimiento humano, sino naturalmente a la palabra más profunda que se esconde, que aparece en la liturgia, en la Escritura, en las palabras “gratias agens benedixit fregit deditque”. Eukaristomen nos dirige a esta realidad de agradecimiento, a esta nueva dimensión que Cristo ha dado. Él ha transformado en agradecimiento, y así en bendición, la cruz, el sufrimiento, todo el mal del mundo. Y así fundamentalmente ha transustanciado la vida y el mundo y nos da cada día el Pan de la verdadera vida, que supera el mundo gracias a la fuerza de Su amor.
Al final queremos insertarnos en este "gracias" del Señor y así recibir realmente la novedad de la vida y ayudar para la transustanciación del mundo: que sea un mundo no de muerte, sino de vida; un mundo en el que el amor ha vencido la muerte. Gracias a todos ustedes. El Señor nos bendiga a todos. Gracias Santo Padre."
Yo sólo puedo añadir un "Gracias Santidad y enhorabuena por estos 65 años de sacerdocio".
FOTOS:
w2.vatican.va
No hay comentarios:
Publicar un comentario